Mientras tanto, en el baño de mujeres, Ariadna comenzó a sentirse incómoda con que Valentín la ayudara a comprar los productos sanitarios, aunque debido al aumento de dolor en su abdomen, no podía preocuparse por otra cosa. En ese momento, su cuerpo se debilitó por completo y justo cuando pensó que no podía aguantar más, se escuchó la voz de Valentín desde fuera.
—Ariadna, ¿sigues ahí?
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