Justo en ese momento, llegó un policía y les dijo que ya estaban listas las grabaciones de la cámara de seguridad. Los videos confirmaron que alguien había secuestrado a Sonia. Los culpables estaban vestidos como electricistas y vestían gorras de béisbol; sin embargo, en la grabación no se podía distinguir bien su aspecto.
Cuando la policía retrocedió la grabación, se fijó en el número de la placa de la minivan en la que se habían marchado y lo utilizó como pista para seguir investigando.
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