Germán comenzó a sudar, temía por su vida, ya que la intención del hombre enmascarado no podía ser más evidente. Si no podía darle información útil, su familia tendría los días contados. A pesar de la lucha interna que tenía consigo mismo, no tuvo más opción que asentir.
—De acuerdo, definitivamente lo ayudaré a vigilar al señor y a la señora Navarro.
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