Desconsolado al ver el cadáver de Soledad, lágrimas resbalaban por el rostro de Hipólito sin control. Al ver al hombre afligido por su hija, los espectadores no pudieron evitar sentirse angustiados. Era casi como si en verdad fuera un padre que lloraba por la muerta de su pequeña. Los empleados se apiñaron alrededor de Hipólito y ofrecieron sus condolencias, pero solo Ariadna comprendió lo que él sentía en realidad.
Había gastado un inmenso esfuerzo y dinero para criar a Soledad y era bastante bonita cuando se vestía de manera adecuada. Con su atractivo, sin duda podría casarse y formar parte de alguna familia rica de Distrito Jade. Su muerte repentina era solo un golpe para su plan maestro. Por lo tanto, no estaba afligido por la pérdida de una hija, sino por la de un peón útil.
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