Cuando Cintia se casó con Hipólito, anunció al público que Soledad era adoptada para proteger su orgullo y su reputación; sin embargo, ambos sabían que ella era en realidad su hija biológica. Cintia pensó que era una buena idea permitir que la niña disfrutara de todos los privilegios como hija de los Sandoval como así también para proteger a Hipólito y la reputación de ella. No obstante, en ese momento, se odiaba a sí misma por haber ocultado su verdadera identidad porque no siquiera podía revelar la verdad de que la joven era en realidad su hija biológica.
Aquella mujer seguía consolando a Cintia y como no podía soportar seguir escuchándola, les dijo a los invitados que no se sentía bien antes de irse de allí. Ariadna vio esa escena, entonces se apresuró a ir tras ella y la llamó para detenerla.
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