Entrecerrando los ojos, Susana intentó aprovechar la luz de la luna para ver quién era la mujer que se le acercaba. A pesar del pánico que sentía, se las arregló para poner simular ser fuerte. A lo largo de los años, su hijo se había hecho de muchos enemigos para conseguir que la empresa se expandiera, por lo tanto, desconocía que enemigo era esa mujer. No tenía miedo de morir; en cambio, su verdadera preocupación era que la utilizaran como cebo para hacer caer a Valentín en una trampa.
La mujer se acercó a Susana y la miró fijo durante un minuto antes de rodearla por detrás y dejarla inconsciente con un golpe de karate.
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