En la medicina tradicional china, el médico solo debería dejar salir la sangre para disminuir la presión arterial, pero era un procedimiento arriesgado. Si se equivocaba, solo aceleraría la muerte de Raúl en lugar de rescatarlo. Ariadna estaba segura de que nadie podría salvarlo, ya que la industria médica aún no era tan avanzada a nivel local y por eso decidió intentarlo.
En ese instante, Clara ordenó inmediatamente a unos cuantos guardaespaldas que llevaran a Raúl a la sala de espera junto a la sala de estar. Ariadna se quedó en la puerta e impidió que los Acuña e Ivana entraran.
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