Hernán sintió abruptamente como si le faltara algo cuando Sonia desapareció de sus brazos. La miró fijamente mientras lo invadía un extraño sentimiento en su corazón.
—He comprado algo de comida para ti. Deberías llevarla por si no tienes ganas de comer las comidas habituales —dijo mientras abría la puerta y le daba lo que había comprado.
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