El piso del aula estaba hecho de mármol. Todos los que escucharon el fuerte sonido de cuando la chica se arrodilló no pudieron evitar sentir el dolor en las rodillas. Sin embargo, la chica parecía no estar al tanto del dolor. Golpeó la cabeza contra el suelo y comenzó a llorar.
—Ariadna, estaba equivocada. Por favor, no dejes que la policía me arreste. ¡No voy a volver a hablar m-mal de ti!
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