—Su majestad, acabamos de recibir una llamada de la policía de tráfico informando de que el príncipe Arón perdió el control de su auto mientras conducía a gran velocidad y cayó por un precipicio. No estamos seguros de que haya sobrevivido —dijo Silvio entre sollozos por teléfono.
—Envíen más gente a buscarlo. No me importa si está vivo o muerto; lo quiero de vuelta —instruyó Diego mientras intentaba mantener la compostura.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread