Capítulo 1159 ¿Eres tímida?
Después de haber tomado una decisión, Ariadna permaneció recostada en la cama con los ojos abiertos. A pesar de estar nerviosa, también sentía mucha anticipación.
Al fin, la puerta del baño se abrió con un crujido. Si bien fue suave, Ariadna enseguida lo escuchó debido a lo silenciosa que estaba la habitación. Por algún motivo desconocido, enseguida cerró los ojos y continuó fingiendo que dormía. Al hacerlo, su sentido de la audición se agudizó de algún modo. Podía escuchar con claridad cada paso de Valentín mientras se acercaba a la cama. En ese momento, a Ariadna le comenzó a palpitar el corazón. Aunque todavía fingía estar dormida, tenía las palmas sudorosas por los nervios que sentía. Sin embargo, el sonido de los pasos se detuvo cerca de la cama. No se escuchó ningún otro movimiento de Valentín; era como si hubiera desaparecido. Desconcertada, Ariadna continuó escuchando con atención con los ojos cerrados; aun así, seguía sin escuchar nada. Dos minutos más tarde, abrió los ojos de a poco ya que la curiosidad fue superior.
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