Capítulo 1011 Una sensación extraña
Donato frunció el ceño, giró hacia el otro lado y siguió roncando. Mientras él dormía profundamente, Yeimi permaneció despierta y mirando al techo toda la noche. Su cabeza era un completo caos; no dejaban de aparecerle imágenes del rostro de Ariadna.
Antes de regresar a la mansión Lago de los Arces, Valentín le entregó la daga ensangrentada al teniente de las Fuerzas Armadas.
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