En un instante, comenzó a sentir lo deliciosos que estaban. Pudo sentir el jugo de la cebolla y de los langostinos mientras comenzaba a sentir en la boca las mezclas de sabores. En ese momento, sintió una sensación que nunca había experimentado e hizo que se le iluminaran los ojos. «¡Son de otro planeta! No me extraña que Susana esté tan segura de que soy incapaz de reproducir este sabor». No podía creer cómo algo tan sencillo podía tener un sabor tan delicioso. A su vez, estaba asombrada por la habilidad culinaria de quien los había hecho.
—¡Estos ravioles son increíbles! ¿Qué chef los hizo? Nunca había probado unos tan deliciosos. —No pudo ocultar su asombro y, al notar la mirada de orgullo de Susana, imaginó quién pudo ser—. ¿La señorita Morales los preparó?
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