Todo ese tiempo, Yeimi había deseado que la doctora milagrosa, quien había neutralizado el veneno de serpiente, se convierta en su maestra. Y, en ese momento, Valentín le reveló que Ariadna era la persona que había estado buscando. Se rehusaba a creerlo de forma rotunda.
—Ya está. He hablado bastantes tonterías contigo. Retomando el tema, explícame ¿por qué demonios desarrollaste este tipo de droga para ayudar a Donato a lastimar a Ariadna? —continuó Valentín de forma irascible, mirándola con impaciencia.
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