Capítulo 665 No meterse

Zacarías echó un vistazo inconscientemente y, en cuanto se dio vuelta, vio a Camilo que caminaba a grandes zancadas en su dirección con una expresión sombría. En ese preciso momento, Camilo también lo miró fijo, sus ojos marrones oscuros tenían una mirada apática y mordaz. Zacarías sintió una sensación de opresión en el aire con solo mirarlo y, de manera instintiva, contuvo la respiración; por alguna razón, se sintió culpable y dio dos pasos hacia atrás, impactado. ¡Pum! Cuando su espalda chocó con la puerta de la sala de emergencias, recobró el sentido; luego se tocó la nariz con torpeza y saludó junto con Yeimi: —Señor Molina.