El primer examen fue a las nueve y media de la mañana. A las siete, los alumnos llegaron al aula y comenzaron a repasar.
Violeta también hizo lo mismo. Como sabía que sus notas en los exámenes serían decisivas para su calificación en el examen avanzado de la Universidad Maxter, se lo tomaba mucho más en serio que sus compañeros. Luego de la ronda de repaso, se giró para mirar el asiento de Ariadna y vio que seguía vacío. «Parece que ni siquiera quiere hacer este examen». Ante ese pensamiento, Violeta suspiró de alivio. La actuación anterior de Ariadna en clase fue estresante y amenazante para ella. Por lo tanto, fue una buena noticia que no se presentara al examen. Apretando los dientes, se dio ánimos antes de volver a su repaso. Justo cuando leía la primera línea del texto, se armó un revuelo en el aula.
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