Había una regla implícita en Distrito Jade: cuando un miembro de la familia de una generación más joven fallecía, el funeral no debía ser demasiado grande. De lo contrario, traería mala suerte a la generación mayor. Por esta razón, Hipólito no colocó ninguna corona de flores en el funeral, excepto en el patio trasero. Por lo tanto, la mansión no parecía diferente de lo habitual.
Una vez que entró Donato con Marcos a su lado comenzaron a estudiar la residencia de los Sandoval. No vieron ninguna señal que indicara que había un funeral en curso; lo único que vieron fue una hilera de coches de lujo estacionados en la zona de aparcamiento. Por lo tanto, Donato estaba aún más seguro de que Ariadna estaba mintiendo.
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