Capítulo 42 Los buenos tiempos no duran para siempre
Ariadna sabía la razón: Soledad tenía miedo de que la acusara de haber robado la tarjeta de presentación.
—¿A dónde va tan temprano? —preguntó Hipólito a Cintia después de notar el desayuno casi intacto de Soledad.
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