Ariadna bebió un sorbo del café que Silvio le sirvió y se volvió para mirar a su padre. Solo sabía que él tenía planes para tomar el poder, pero no sabía nada de los avances; también quería saber si necesitaba su ayuda.
Hablar de recuperar el poder era bastante fácil, pero Diego sabía que llevar a cabo el plan estaría plagado de dificultades. Por el momento, solo había conseguido cambiar a algunos sirvientes del lado de la reina, pero eso no era suficiente. Su madre era la clave para que su plan tuviera éxito; sin embargo, todavía no podía idear un plan para ganarse el apoyo de ella o para cambiar a aquellos que estaban su lado.
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