Mientras las dos mujeres conversaban, en breve llegaron a la entrada de la universidad. Cuando Ariadna vio a Valentín apoyado contra el capó del auto, sonrió y caminó hacia él después de despedirse de Sonia.
En ese momento, sopló una ráfaga de viento que le desarregló el cabello. Valentín estiró el brazo y se lo acomodó con gentileza. Cuando Ariadna levantó la cabeza hacia él, lo miró a los ojos y sonrieron.
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