Penélope se había maquillado a propósito de forma muy natural y se veía como si no tuviera nada en el rostro. En realidad, se había esforzado mucho para ocultar los defectos. Su fortaleza era que sus ojos eran muy similares a los de Ariadna, por lo tanto, cambió su maquillaje para que se vieran alegres y seductores como los de ella. Cuando sonrió con dulzura, se le arrugó el contorno de los ojos, pero Valentín apenas la miró.
—Gracias —dijo él de forma cortés al asentir.
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