Esa persona la miraba de forma apática y sombría. El hombre también sonreía con determinación mientras miraba fijo a Ariadna. Después, se dio la vuelta e hizo una señal a modo de retirada y se fue del orfanato en silencio.
—Señor Arón —dijo un guardaespaldas que estaba detrás de él—. ¿No va a aprovechar esta oportunidad única para atrapar a la señorita Morales?
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