Capítulo 1145 Abarrotado de clientes
Por alguna razón, al ver a Ariadna preparar la salsa con aquellas manos pálidas, a la mujer se le hizo agua la boca y tragó con discreción mientras miraba los ravioles en la cacerola. Tras casi tres minutos, Ariadna le añadió dos tazones de agua fría a la preparación y, uno por uno, los ravioles comenzaron a flotar en la superficie. La imagen provocó que la mujer pensara en los ravioles como pequeños pececitos que nadaban en un estanque, lo que produjo una imagen adorable en su mente. De repente, recuperó el apetito que había perdido debido al calor sofocante.
Después de añadir el tercer tazón de agua, Ariadna sacó los ravioles de la cacerola; los cinco entraban a la perfección en el cuenco de plástico. Cuando terminó de añadir la salsa, les echó un poco de aceite de oliva y eso provocó que un aroma tentador se apreciara en el aire. Como resultado, el novio de la mujer también tragó saliva.
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