Como los dedos eran una de las partes más sensibles de su cuerpo, que Ariadna los succionara como si fueran una pajita y los envolviera con su lengua húmeda y caliente le producía sensaciones que nunca creyó que fueran posible. Era una experiencia completamente nueva para él, entonces comenzó a dejarse llevar por el estímulo.
Cuando Ariadna se cansó de chuparle el dedo, le soltó la mano y siguió llorando por el jarrón, lo que produjo que Valentín volviera en sí.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread