La cámara giró hacia la pizarra y el público se sumió en un silencio sepulcral. No les llamó la atención que Ariadna haya conseguido la respuesta correcta, pero el público se había quedado sin palabras después de saber cómo había resuelto la pregunta.
—¡Maldita sea! ¿Cómo se le ocurrió resolver la pregunta en tan poco tiempo?
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