Siempre había sentido celos por culpa de Ariadna. En ese momento, por fin la había visto ponerse celosa por él. «¿Significa que Ariadna está empezando a tener más interés por mí?». Aunque su felicidad no podía describirse con palabras, su enorme sonrisa lo revelaba.
—¡Idiota! —Ariadna fingió que estaba enojada, lo miró y le dijo—: No me ocultes más nada. No soy tonta, así que no me enfrentaré a nadie sin descubrir primero quiénes son.
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