Capítulo 834 Enamorarse de su estudiante

Al final, Valentín colocó la cabeza de Ariadna sobre sus hombros mientras ella lloraba a mares. De hecho, él era un obsesionado por la limpieza y nunca hubiera soportado que su ropa se manchara. Sin embargo, tomó la iniciativa de prestarle a Ariadna sus hombros, sin importarle en absoluto que las lágrimas y los mocos se le pegaran a la camisa. Era como si su germofobia se hubiera curado. Al principio, Ariadna solo lloraba en silencio, pero poco a poco empezó a sollozar y, al final, empezó a llorar en voz alta. Estaba liberando una combinación de estrés, impotencia, ansiedad y todo tipo de emociones que había estado acumulando. Mucha gente le había preguntado por las cualidades que debía tener su pareja ideal. Sin embargo, ella no pedía mucho. Todo lo que quería era simplemente un hombro sobre el que llorar, un hombre con el que pudiera ser vulnerable y que la aceptara tal y como era. Después de un largo rato, Ariadna pudo calmarse.