«¿Valentín y Ariadna están casados?» Donato estaba furioso. «¿Cómo pudieron? ¡Cómo pudo arrebatarme a la mujer a quien le había puestos mis ojos!».
Yeimi había aceptado el hecho de que Valentín y ella nunca estarían juntos; por lo tanto, la noticia de que estaba casado con Ariadna apenas la alteró, incluso ella misma estaba un poco sorprendida por su calma y comprendía perfectamente que él ya no contaba. En cuanto a Donato, tampoco era tan mal candidato, era de buena familia y tenía un trabajo honorable; además, le quitó la virginidad. Para ella, casarse con un hombre así no era tan malo, era la única manera de desacreditar el escándalo, entones lo miró y sugirió:
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