Enseguida, llegó a la residencia Sandoval. Cintia seguía encerrada en su habitación, mientras que las cenizas de Mariela seguían en el patio trasero. A pesar de que ya la habían cremado, todavía faltaban tres días para el funeral.
Durante los último dos días, Hipólito había buscado a alguien para que se encargara de la empresa y quería vender sus acciones y bienes al mejor precio posible. No necesitaba salir de la casa para hacerlo, así que Violeta lo encontró en cuanto llegó.
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