No le quedaba otra opción más que seguir quedándose allí hasta haber resuelto por completo los asuntos relacionados con Grupo Sandoval y la familia de Hipólito. Cuando pensó en eso, Ariadna extendió la mano a regañadientes para tomar la de su padre y dijo:
—Papá, gracias por permitirme quedarme. Estoy muy feliz, eres mi única familia en este mundo.
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