Por obtener la grabación, había llegado tarde a las sesiones autodidactas. Ariadna había sido lo suficientemente astuta como para borrar los videos de las cámaras de seguridad; sin embargo, Celeste tuvo la fortuna de tener contactos con un jáquer que pudo recuperar las grabaciones. Le tomó mucho esfuerzo obtener las pruebas, así que no iba a hacer nada que pusiera en riesgo su plan.
Por otro lado, Donato no tenía idea de lo que pasaba por la cabeza de la joven; después de decirle que regresara a clase, fue directo al aula de profesores con el teléfono en mano. En esa oportunidad, estaba decidido a echar a Ariadna.
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