Capítulo 424 De la pobreza a la abundancia

En el momento en que sus miradas se encontraron, Celeste notó un destello de frialdad en los ojos entrecerrados de Ariadna, y un escalofrío le recorrió la espalda. Asustada, Celeste quiso instintivamente escapar del aula; sin embargo, estaba clavada al suelo y no podía moverse ni un centímetro. Al mismo tiempo, sintió que su espalda se cubría de sudor frío. En ese momento, un pensamiento pasó por su mente. «¿Se habrá enterado Ariadna?». No obstante, pronto descartó esa posibilidad, ya que la página web siempre mantenía en confidencialidad la información de sus clientes. «Bueno, ni siquiera quien aceptó mi pedido sabe quién soy, sin mencionar a la pueblerina de Ariadna. Además, supongo que ni siquiera conoce la página». Así fue como Celeste se dio cuenta de que estaba pensando demasiado las cosas debido a la extraña mirada de Ariadna, en ese momento se sintió aliviada y se obligó mirar hacia otro lado.