Ariadna no trataba de humillarlo. Solo que no quería deberle un favor a nadie. Después de todo, Ariadna no estaba segura de cuándo iba a dejar de estudiar. Por lo tanto, sería difícil para ella devolver el favor.
Justo cuando Ariadna estaba por sentarse, escuchó que alguien a su lado se reía levemente. Ariadna miró hacia el costado y vio a Joaquín mirarla con una sonrisa ambigua, aunque no sabía por qué sonreía.
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