Hipólito se arrepintió de no haber hecho una denuncia policial para salvar su reputación; no debería haber retrasado la búsqueda de esa hija que era como una joya.
—Vamos, te llevaré al trabajo y te daré un recorrido por la empresa. No la has visto desde que regresaste, ¿verdad? —Acarició el cabello de Ariadna con cariño.
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