Con una ligera mirada de desdén, Ariadna solo asintió y se subió a la miniván; hubo un cambio en la actitud del chofer. «Hipólito debe haberle dicho algo».
Al parecer, solo recibía un trato decente cuando desempeñaba el papel de una Sol que le resultaba útil. Sin embargo, todo eso ya no significaba nada para ella desde que descubrió que Hipólito no era su padre biológico.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread