Cuando abrió los ojos, Ariadna vio a un joven de cabello castaño mirándola con asombro. Sin esperar a que dijera nada, Claudio rompió el silencio de forma entusiasta.
—Por fin ha recobrado la consciencia. ¿Es posible que se haya despertado porque escuchó lo que dije antes? Se despertó justo a tiempo. La tía Silvia realmente estaba por echarla si no se despertaba. —Agachó la cabeza mientras terminaba de hablar, casi como si estuviera preocupado de que pudieran escucharlo.
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