Al día siguiente, cuando Ariadna se despertó, no vio a Valentín y fue a lavarse antes de bajar las escaleras. En ese momento, Susana estaba sentada en el sofá leyendo los periódicos y, cuando la vio bajar las escaleras, dijo rápidamente a las amas de llaves que sirvieran el desayuno.
—Madre, ¿cómo va tu recuperación? ¿Sientes alguna molestia? —le preguntó tras sentarse.
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