—Un día serás mía, Ari. —Tenía una mirada perturbada.
Después de recibir el mensaje de Arón, Ariadna y Valentín fueron al palacio. En el momento en el que llegaron, Ariadna sacó el teléfono y llamó a Silvio. Cuando recibió la llamada y se enteró de que estaba en el palacio, no tuvo suficiente tiempo para informarle a Diego. Se apresuró a la entrada y la saludó.
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