La Familia Mayorga era influyente en su territorio, el Oeste. Fuera donde fuera, tenía gente reunida a su alrededor, ansiosa por ganarse su favor. No esperaba ser insultado aquí, en Brimmopolis. Con su apetito por las compras arruinado, hizo un gesto a sus dos guardaespaldas para que se marcharan. Antes de que pudiera darse la vuelta, un olor a perfume llegó a su nariz.
Rayan levantó la vista y olió el aire con esperanza. Por el rabillo del ojo, una figura se le acercó. Silvina fingió no haber visto a Rayan y se cruzó con él.
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