Los médicos acababan de terminar de remendar la herida de la cabeza de José Miranda en el hospital y el matrimonio Sosa y algunos de los ayudantes de José Miranda estaban a un lado, encogidos de miedo.
José Miranda nunca había sido tan humillado en su vida y si el público se enteraba de que un desempleado le había roto una botella en la cabeza, su reputación quedaría arruinada para siempre.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread