En un estado de Burblo, los Diez Príncipes del Infierno fueron invocados. Sin duda, era el poder de combate más fuerte que Nataniel había desatado jamás.
En un instante, el aura de la espada de Nataniel envolvió a todo el mundo, distorsionando su campo de visión. De repente, el suelo se abrió y diez demonios colosales emergieron con un estruendo atronador. Eran los legendarios Diez Príncipes del Infierno de Aploth.
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