Adalberto no dijo nada y miró a Nataniel con cinismo. Su expresión parecía decir, «vamos, presume todo lo que quieras por ahora».
Al cabo de un rato, un Mercedes-Benz negro y dos Volkswagen se detuvieron. Un individuo regordete de mediana edad se bajó de los coches, seguido de otros siete u ocho hombres. Este hombre regordete era el Jefe de Distrito, Zoilo Yusta.
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