Por la noche, Penélope Sosa arrastró su cuerpo cansado de vuelta a casa. Bartolomé y Leila acababan de preparar una magnífica cena para todos, mientras Nataniel Cruz jugaba con su hija en el sofá. Cuando la niña vio a su madre, corrió inmediatamente hacia ella y soltó una risita:
—¡Bienvenida a casa, mamá! ¡Vamos a jugar!
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread