La expresión de Jerónimo se ensombreció porque, incluso un subordinado se atrevía a hablarle así, pero luego pensó en los antecedentes de Gonzalo y en la proeza de la familia Cruz de Nortania y se dio cuenta de que no era una idea inteligente ofenderlo. Con eso en mente, mantuvo su temperamento bajo control.
Centauro, junto con el inexpresivo Minotauro, se sentó al lado de Gonzalo, mientras Jerónimo se sentaba en el asiento del pasajero, pidiendo al chófer que empezara a conducir.
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