Betel, Nataniel y los demás entraron en las limusinas. Luego salieron del puerto con un gran grupo de policías y vehículos militares protegiéndolos. Sin embargo, en el momento en que los autos salieron del puerto, se encontraron con una situación inesperada.
Había unos cuantos autos de policía bloqueando el camino adelante. Un puñado de policías barrigones ya habían sacado sus armas como si se estuvieran preparando para una pelea. Una situación así puso en alerta máxima a los guardaespaldas de Betel y a los guardias nacionales de Nataniel.
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