En aquel momento, parecía una hiena que perdió la cabeza a causa de la inanición extrema. Por desgracia, la comida que encontró pertenecía a una manada de leones. Además, el que lideraba el grupo tenía una presencia tan alfa que daba la sensación de que podía matar a cualquiera en cualquier momento.
Sin moverse del sitio, el anciano se quedó mirando la comida de la mesa. En cualquier caso, no estaba dispuesto a rendirse y marcharse sin más, a pesar de no tener el valor de agarrar la comida. Mostró los dientes a Nataniel, gruñendo un poco.
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