Detrás de Nataniel, aquellas ocho alas batían con lentitud, creando pequeños torbellinos negros alrededor de su cuerpo. Parecía como si varios dragones negros en miniatura le rodearan, un espectáculo que inspiraba asombro a quienes lo veían. Miró con indiferencia al Gulliver que tenía delante y dijo fríamente:
―El llamado poder de Dios, ya lo he experimentado. Ahora, es el momento de que seas testigo del poder de mis habilidades para matar dioses.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread