Al enterarse de que Nataniel y su esposa también estaban planeando un viaje de regreso a Fortaleza, Hepburn no pudo evitar sentir una gran alegría. Al mismo tiempo, recordó la verdadera misión de su viaje e inconscientemente tocó la Lágrima de Dios que llevaba en el bolsillo. Si pudiera pasar más tiempo con Nataniel, tendría más oportunidades de utilizarla con él.
―Eso es perfecto. Podemos ir juntos a Fortaleza.
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