¡Bam!
El pie de Amaya salió disparado y aterrizó en el pecho de Victoriano. Él se sorprendió por su ataque explosivo, que lo hizo volar a una distancia de al menos diez metros. Apenas consiguió estabilizarse. Mientras tanto, el pecho le palpitaba de dolor. Pietra aprovechó la oportunidad para acercarse con sigilo, levantó la mano y planeó asestarle un golpe con el cuchillo para dejarla inconsciente. No esperaba que Amaya estuviera bien preparada para su repentino ataque.
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