Los labios de Nataniel se curvaron en una sonrisa juguetona.
—¿No escuchaste que solo hay que meterse con los débiles?, ¿crees que yo lo soy? —preguntó Nataniel—. Te equivocas, b*stardo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread